Libertad

En mi jornada espiritual, he descubierto que dentro de todo creyente se encuentra la fuente de toda felicidad, salud, amor, alegría y paz. Estas poderosas manifestaciones se encuentran en cada uno de nosotros y, como creyentes, forman una parte inherente de cada uno.

Este poder no depende de nuestra personalidad, sistema de creencia o circunstancias, cuales en realidad tienden ser obstáculos. Este poder nos pertenece. ¡Usted es ese poder! Este fue el mensaje de Jesucristo a sus seguidores: "El reino de Dios está entre vosotros." (Lucas 17:21) La felicidad que buscas está dentro de ti. Forma parte de su identidad. Es uno con usted.

¿Porque es tan difícil conectar con este poder que vive en mí? ¿Por qué hay ira, cuando estoy lleno de amor? ¿Por qué hay tristeza, si estoy lleno de gozo? Si el reino de Dios está en mí, ¿por qué a veces me siento solo? ¿Cómo puedo ser libre de todo este desorden que hay en mi corazón, mente y alma?

Es asombroso el hecho de que Dios nos ha dado Su Espíritu Santo completo con el fruto, los dones y la manifestación de ellos. Es maravilloso escuchar que la paz, el amor y el gozo están dentro de mí. Pero, ¿qué pasa con el temor, la ira, la tristeza, la desesperación o la ansiedad? ¿Hay alguna manera de ser libre de ellos? ¿Hay alguna manera de ser verdaderamente libres? ¿Habra alguna manera de vivir mi máximo potencial? ¿Convertirme en un canal de amor y bondad para todos los que me rodean?

La contesta a estas preguntas es SI! La liberación viene como producto del rendimiento. Lo que me ha convencido ha sido la liberación en mi propia vida. Han habido milagros en mi vida que no se pueden negar. Cosas que Dios ha hecho en mi por medio del rendimiento: liberación de heridas y resentimientos del pasado que me hacían enfermar físicamente (palpitaciones del corazón, migrañas, ansiedad), liberación de temores e inseguridades relacionados con mi propósito en la vida y auto-aceptación. Liberación de pensamientos auto-destructivos que me atacaban constantemente. Estas liberaciones personales fueron producto de renunciar a las cosas que no podía controlar y someterme a lo que Dios dice que ya tengo. Creerle a Dios!

Si estás dispuesto a someterte a este proceso de rendimiento, tu vida cambiará para siempre. Los principios de rendimiento y sumisión a Dios no son difíciles de entender ni de poner en práctica. Solo requieren la voluntad propia de dejar ir a los apegos que te hacen sufrir, y a tu ego que quiere aferrarse a ello. Tu ego es esa parte de ti que se apega y se aferra a sentimientos de indignidad, a la constante necesidad de ser validado, a costumbres de juzgarte a ti mismo y a los demás, a siempre desear ganar, a querer siempre tener la razón, a sentirte culpable por tu pasado y temor por tu futuro, a sobrellevar las heridas, a buscar fuentes externas para sentirte completo. El ego te ata a tus circunstancias y a tu pasado.

La verdad es que el Espiritu de Dios mora en nosotros, somos el “templo del Espíritu Santo” (1 Corintios 6:19). Y lo que el Espiritu Santo produce en nosotros es : amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio (Galatas 5:22-23). En otras palabras, Usted es dominio propio. Usted es gozo. Usted es paz. En tu interior tienes todo para alcanzar una vida de libertad y plenitud. Dentro de ti mora el éxito, sin tener Usted que hacer esfuerzo para alcanzar algo exterior. En ti mora la gratitud por todo lo que has pasado, el amor sin límites, y la inspiración para vivir feliz. Atravez del Espíritu Santo, Usted es “Uno con Dios” (Juan 17:20-21).

A pesar de la voz de tu ego que ahora mismo está diciendo: "Sí, claro" o "demasiado bueno para ser verdad" o "hay que verlo para creerlo" o "quizás para otros, pero no para mí.” A pesar de la voz de tu ego que está conforme con una vida de sufrimiento, ¡el Reino dentro de ti te llama! Tienes el poder no sólo para conocerlo, sino para que también seas una fuente de ese amor y paz hacia los que te rodean.

Este poderoso viaje requiere valentía, auto-evaluación y honestidad. Cuando estoy dispuesto a reconocer e identificar mi condición humana, entonces tengo el poder para rendir esa condición y ser libre de ella. Del mismo modo, cuando reconozco e identifico la poderosa condición espiritual que Dios me ha dado, entonces puedo hacer uso de su poder. Este estado de libertad y gozo es una gran parte de tu herencia como creyente en Cristo, "Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad!" (2 Corintios 3:17).

Tenemos que estar dispuestos a rendir los impedimentos o bloqueos a la libertad, a estos problemas internos que enfrentamos. Si rendimos estos obstáculos, se revela la verdad de nuestra identidad en Cristo Jesus, y el camino hacia la libertad. Y al conocer sanidad interior, la sanidad exterior le sigue.

Sed quien Dios dice que eres. Rinde las reacciones negativas y manifiesta el fruto del espiritu. Esta en Ti!

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